domingo, 22 de abril de 2012

Paraíso

Adán y Eva estaban más perdidos que muchos de nosotros en el lugar que creían el paraíso. Los asechaban manzanas envenenadas y una serpiente traviesa. La manzana es el espejismo del lujo en que algunos viven y la serpiente no es más que el guardián que el millonario dueño de aquel lugar tenía para vigilarlos.